El dispositivo brinda sólo una carga al celular, y se desecha.
La compañía sueca myFC ha desarrollado una pila de combustible que cabe en un bolsillo y que puede dar energía a un celular utilizando poco más que agua y sal, en respuesta a las preocupaciones de todos los ávidos usuarios del teléfono que temen quedarse sin batería justo en medio de algo importante.
El modelo JAQ tiene el tamaño de una billetera y genera electricidad sin estar conectada a la red. El combustible procede de un tanque del tamaño de una tarjeta de crédito que contiene agua y sal que se convierten en hidrógeno y que proveen energía a la pila.
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"Nuestro aparato está destinado a los usuarios que quieran ser independientes de la red eléctrica mientras se trasladan a un sitio donde puedan recargar la batería", señala My Ernevi, de myFC. El sistema recarga en dos horas un smartphone tras conectarlo a la pila.
El sistema tiene una capacidad total de 2,400 miliamperios/hora. Pero, una vez que se gasta una tarjeta de combustible, no se puede hacer más que tirarla.
Ernevi destaca que la principal ventaja de su sistema sobre los cargadores que llevan pilas es que no necesita cargar el combustible primero antes de ser usado, sino que JAQ da energía de inmediato apenas se inserta una tarjeta de agua y sal a la pila.
Las tarjetas con combustible no tienen precio establecido por ahora. La idea es venderlas en kioskos y gasolineras, además de crear una especie de servicio de suscripción y cooperación con las compañías telefónicas.
JAQ saldrá a la venta en noviembre, inicialmente en Suecia, Alemania, Estados Unidos, Japón y Francia. El paquete completo (pila y algunas tarjetas de combustible) costará unos 98 dólares.