David Dib, reconocido médico de la Universidad y miembro del Comité de Bioética que avaló el estudio sobre la contaminación por el uso de agrotóxicos en la localidad de Monte Maiz, dijo: “Es una situación bochornosa de la universidad en mano de un conspicuo socio de una multinacional que produce veneno y mata a la gente” en referencia al decano de Ciencias Agronómicas que pidió una sanció para el director del estudio Dr Medardo Avila Vazquez.
“Una de las tareas básicas que tiene la universidad es dar respuesta a la población por algo que le esta pasando. El equipo de trabajo presentó un proyecto que fue aprobado por la universidad, que se hizo de manera anónima, con participación de otras universidades, pero cuando aparece el resultado algunos tratan de tapar el sol con las manos. Estas personas no tienen ningún compromiso ético, hablan no sabiendo qué es lo que se hizo en ese lugar. El equipo, los médico, los trabajadores han dado sobradas muestras de responsabilidad y compromiso con la gente. El problema no es el trabajo sino lo que desnuda este trabajo. Nosotros tenemos la obligación de decir la verdad y la universidad debe tomar partida para saber qué vamos hacer con la ciencia, si va a estar al servicio de la ciencia o al servicio de aquellos que pongan dinero para sus propios intereses.
El haber sido comunicado en primer lugar a la personas que viven en el lugar, obedece a la necesidad de que la gente que vive allí sepa la situación. Este no es un problema científico, es un problema político y tiene que ver con las referencias políticas dentro de la universidad. Estamos esperando a ver que va hacer el consejo superior, si va a proceder cunado suspendió enl convenio con Monsanto o va a seguir martirizando a aquellos científicos que se comprometen con los problemas del pueblos”. David Dib, Miembro del Comité de Bioética del informe. Fuente. Radio Nac. Cba.
“Una de las tareas básicas que tiene la universidad es dar respuesta a la población por algo que le esta pasando. El equipo de trabajo presentó un proyecto que fue aprobado por la universidad, que se hizo de manera anónima, con participación de otras universidades, pero cuando aparece el resultado algunos tratan de tapar el sol con las manos. Estas personas no tienen ningún compromiso ético, hablan no sabiendo qué es lo que se hizo en ese lugar. El equipo, los médico, los trabajadores han dado sobradas muestras de responsabilidad y compromiso con la gente. El problema no es el trabajo sino lo que desnuda este trabajo. Nosotros tenemos la obligación de decir la verdad y la universidad debe tomar partida para saber qué vamos hacer con la ciencia, si va a estar al servicio de la ciencia o al servicio de aquellos que pongan dinero para sus propios intereses.
El haber sido comunicado en primer lugar a la personas que viven en el lugar, obedece a la necesidad de que la gente que vive allí sepa la situación. Este no es un problema científico, es un problema político y tiene que ver con las referencias políticas dentro de la universidad. Estamos esperando a ver que va hacer el consejo superior, si va a proceder cunado suspendió enl convenio con Monsanto o va a seguir martirizando a aquellos científicos que se comprometen con los problemas del pueblos”. David Dib, Miembro del Comité de Bioética del informe. Fuente. Radio Nac. Cba.
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