El cantautor habló con Coco Sily por FM Pop: contó cómo vivió estos meses de terapia intensiva y adelantó que el 15 de mayo le dan el alta.
Cacho Castaña (72) tuvo un final de 2014 muy difícil: desde el 20 de octubre estuvo internado en terapia intensiva del Sanatorio de los Arcos de Palermo y, desde diciembre, en el Remeo Center rehabilitándose a nivel cardíaco, pulmonar y de su operación de cadera.
"Quizás fui muy desordenado en la vida. Eso es lo que hice mal, creo. Ahora hago gimnasia mañana y tarde. Estoy haciendo la colimba de grande, ja. Me cuido y me voy a cuidar más todavía. Nadie me cree que no tomo alcohol".
El cantautor vivió momentos muy difíciles y después de tantos meses de pelearla por fin recibirá el alta el próximo 15 de mayo. En diálogo con Código Sily, el programa de Coco Sily en FM Pop, Cacho se refirió por primera vez a su internación y cómo pasó todos estos meses: "Antes no creía en los milagros y ahora sí. Ahora juro que existen. Ahora quiero hacer radio, escribir un libro y hacer una obra de teatro con Coco, un amigo", en referencia al conductor.
Castaña también quiso destacar el acompañamiento de Marina Rosenthal (42), su mujer, y de Palito Ortega y Alejandro Lerner: "Tengo una mujer maravillosa que me bancó, sin ella no hubiera podido y con respecto a Palito y Alejandro, fueron los que más apoyo me dieron, no lo puedo creer". El artista también tuvo palabras para su público: "¿Cómo le puedo decir gracias a todas las cadenas de oraciones? Que Dios bendiga a todos".
Sobre su recuperación, Cacho explicó: "Los kinesiólogos, enfermeros y médicos me han tratado de forma fabulosa. Hice amigos nuevos. Como de todo, hago gimnasia para recuperar las piernas y la voz. Hay otra vida. Lo siento. Quizás fui muy desordenado en la vida. Eso es lo que hice mal, creo. Ahora hago gimnasia mañana y tarde. Estoy haciendo la colimba de grande, ja. Me cuido y me voy a cuidar más todavía. Nadie me cree que no tomo alcohol.Ahora una vez por semana tengo un permitido, pero el resto me cuido mucho".
Cacho, audiblemente emocionado y con su voz un tanto cambiada por tantas semanas con respirador artificial, finalizó: "Estuve dos meses durmiendo, me desperté y después sin tomar agua ni comer, ¡es un milagro!".
