El transhumano es una corriente cultural con base científica que adopta la tecnología como una herramienta para incentivar la evolución biológica insertando un chip informático en el cuerpo humano.
Ya hay más de 10.000 personas en el mundo con estos implantes, algunas de ellas en la Argentina. Uno de ellos, Nicolás Bastioz, explicó que "Ya vienen en una capsulita de vidrio especial, con su propio aplicador con una jeringuita y se ponen en un lugar especial donde no afecta y después puede interactuar para determinadas cuestiones con el chip. Esto es como un hobby así que lo implantamos entre amigos.
Los chips NFC de corto alcance, similares a los que usan la tarjeta SUBE y los nuevos pasaportes y que ahora incorporan muchos smartphones, son ideales para el intercambio de información instantánea entre dispositivos, y funcionan cuando éstos se encuentran a menos de 10 centímetros. El circuito se basa en la creación de un campo electromagnético que permite la conexión del lector y el chip receptor.
La utilidad es amplia. Pueden enviar información personal, almacenar todas las contraseñas que uno maneja, encender las luces o interactuar con determinados electrodomésticos. Se espera que en un futuro sustituya a los actuales medios de pago, las tarjetas de transporte público, los historiales médicos y hasta pueda ser acondicionado como un geolocalizador.
El poder de almacenamiento de estos chips es bastante bajo: ronda los 1024 bytes (1 Kb). Capacidad que los limita únicamente a textos. Y si bien no va a servir para alojar una biblioteca digital con documentos cifrados, este espacio le sobra para activar la alarma del auto o pagar la cuenta del supermercado mediante un conjunto de códigos.
Aunque el chip se puede disimular en cualquier parte del cuerpo, lo más práctico es inyectarlo en la mano, en la zona entre el dedo índice y el pulgar. La moda actual dicta que lo ideal es llevar dos: uno en cada extremidad. Su precio oscila entre los $ 400 y los $ 1.200.