En la era 2.0 todo parece posible, y aún los cuentos de ciencia ficción parecen hacerse realidad. Por suerte para la humanidad, no son los de Stephen King, pero podríamos tener árboles iluminando nuestras ciudades.
Antony Evans es un bioingeniero y empresario de San Francisco que actualmente es fundador y CEO de Glowing Plant, un proyecto financiado colectivamente para concebir plantas domésticas bioluminiscentes que sirvan de iluminación ambiental. Un proyecto que, tal vez en algún momento, permitiría sustituir las actuales luces de las calles de las ciudades por plantas o árboles bioluminiscentes.
Evans además compara la generación de nuevos organismos a través de la mutación genética con la evolución de las Apps en los smartphones para desarrollar la inteligencia de los teléfonos. Es decir, que delante de nosotros se abre un extenso campo lleno de posibilidades, gracias a la biología sintética.
¿Qué es la Biología Sintética?
La biología sintética moderna tiene sus raíces en el 1953, con descubrimiento de la estructura de doble hélice del ácido desoxirribonucleico (ADN) por parte de James Watson y Francis Crick, pero no fue hasta 1974 que el genetista Wacław Szybalski acuña el término “biología sintética” cuando se pregunta qué es lo que está por venir en la nueva etapa de la innovación biológica.
Prevé así la creación de elementos de control que podremos introducir sintéticamente en secuencias de ADN, e incluso habla de cómo se borrarán los límites en la creación de nuevos organismos mediante ingeniería genética.
“Hasta ahora estamos trabajando en la fase descriptiva de la biología molecular. Pero el verdadero desafío se iniciará cuando entremos en la fase de la biología sintética. A continuación, se elaborarán nuevos elementos de control y, al añadir estos nuevos módulos a los genomas existentes, podremos construir totalmente nuevos genomas”, detalla el bioingeniero.
Huanming Yang, director del Instituto de Genómica de Beijing, también describe con optimismo la biología sintética como “una ciencia para cambiar el mundo y el futuro del hombre”. Algo que cada vez está más cerca.
A principios de la década de 1980, la innovación técnica dio lugar a la posibilidad de secuenciar el ADN rápidamente. El biólogo y empresario estadounidense y fundador de Celera Genomics,Craig Venter, consiguió secuenciar el genoma humano completo con su propio Proyecto Genoma Humano en 1999. Venter, así, logró cartografiar los aproximadamente 25.000 genes del genoma humano desde un punto de vista físico y funcional, y mucho más rápidamente que el Departamento de Energía y los Institutos Nacionales de la Salud de los Estados Unidos.
Más tarde, en 2010, Venter también anunció haber concebido el primer organismo sintético, escribiendo desde cero el ADN e introduciéndolo en una bacteria previamente vaciada de información genética. Venter codificó su nombre en ese ADN, así puede comprobarse inconfundiblemente que las nuevas generaciones de bacterias que se reproduzcan a partir de la primera tienen ese copyright escrito en sus genes.
Las plantas que iluminan
“La posibilidad de escribir el ADN, uno nuevo inexistente de forma natural, abre un campo inimaginable de posibilidades”, según Antony Evans.
Según el bioingeniero “porque ya no solo somos capaces de alterar una secuencia de ADN sino de escribirlo desde cero, permitiendo así no solo crear nuevas funcionalidades para estos genes, sino nuevas formas de usarlos”.
Por esa razón, Evans considera a los organismos como apps en un smartphone: cada una tiene una función, y como todas están compuestos por ADN, “podemos modificar las aplicaciones modificando su código. O crear nuevas aplicaciones con nuevo código”, asegura el especialista.
Así es como nace Glowing Plant:
Publicar un comentario