Según el Centro de la Industria Lechera (CIL), esa es la baja que acumula abril con respecto a marzo mientras que, con respecto al año pasado, la merma es del 25%. En Córdoba, la caída es aún mayor.
Centro de la Industria Lechera (CIL) emitió un comunicado en el que alertó que “el actual fenómeno climático ha asestado un duro golpe a la cadena láctea argentina, que ya atravesaba una crisis con escasos precedentes”.
Según esta entidad, el 80 por ciento de la zona de producción lechera ha sufrido consecuencias por el registro inusual de lluvias ocurrido en lo que va de 2016.
“La consecuencia obvia, aún hoy muy difícil de medir en toda su magnitud, es una sensible merma de la producción de leche a nivel de tambos, y consecuentemente una fuerte caída tanto de la industrialización como de la oferta de productos lácteos”, manifiesta el CIL.
En ese sentido, estima que a nivel nacional las caídas productivas rondan el 15 por ciento con respecto a la cantidad de leche producida en marzo y entre 20 y 25 por ciento con respecto a abril. Estos datos son aún peores para Córdoba: “En Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos estas mermas son muy superiores”, asegura la entidad.
Horizonte difícil
Para el CIL, el problema no es sólo coyuntural sino también mirando a mediano plazo. “La producción primaria, sin dudas el eslabón que sufre con mayor crudeza el impacto devastador de este desastre climático, se debate en muchos casos entre la continuidad o el cierre de tambos. Aquellos que logren resistir, verán menguada su capacidad productiva no sólo para lo que resta del año, sino también para el venidero, advierte el comunicado.
En ese marco, agrega que “en esta coyuntura crítica, en que las relaciones de oferta y demanda cambiaron drásticamente, la industria láctea buscará por todos los medios una sensible mejora del precio al productor de leche, tan necesaria como urgente dados los motivos ya expuestos en los párrafos precedentes”.
¿Mejores precios?
Algunos trascendidos indican que esta caída de la oferta hará que los precios pagados por la industria a los productores mejoren entre 15 y 20 por ciento. Hasta ahora, venían abonando un valor incluso inferior al del año pasado argumentando, entre otras cosas, el sobrestock de leche en el mercado.
La expectativa es ver si estas recomposiciones también se van a trasladar al consumidor final, que ya vino sufriendo fuertes aumentos de los lácteos el último año pese a que los productores cobran igual o menos dinero.
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