La pequeña "Lizzy" Myers, de cinco años, padece el síndrome de Usher, enfermedad que la dejará ciega y sorda en poco tiempo. Quería ver al Papa, y Francisco la recibió hoy en Plaza San Pedro.
El papa Francisco recibió hoy en la Plaza San Pedro a la niña estadounidense Elizabeth "Lizzy" Myers, de cinco años, quien cumplió su sueño de conocerlo.
La pequeña no sabe que por su enfermedad –el síndrome de Usher– se quedará ciega y sorda progresivamente.
El síndrome de Usher es un trastorno genético que provoca la sordoceguera congénita.
Steve y Christine Myers, sus padres, habían hecho una lista de cosas que su hija quería "ver absolutamente", y en el listado se destacaba un viaje a Roma. Esto no estaba dentro de las posibilidades económicas del la familia Myers. Pero el director general de la compañía aérea Turkish Airlines, conmovido por el caso, les regaló los pasajes de ida y vuelta para cualquier destino en el mundo.
La enfermedad avanza progresivamente. A la pequeña "Lizzy" sólo le quedarán los recuerdos y las emociones. Y entre éstos, estará el haber conocido al Papa.
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