Belén es peluquera y trabajaba del otro lado de la pared de durlock del consultorio de Carina. Le había pedido que estuviera atenta por si era atacada.
Belén González tiene una peluquería en Olegario Correa 82 de barrio Alto Alberdi. Su local colinda con el consultorio de Carina Alejandra Drigani Bulla, la kinesióloga y podóloga que era intensamente buscada por la policía desde el martes último y que ayer fue hallada muerta en cercanías de la comuna de Icho Cruz.
Belén dice que se siente consternada y desconcertada por la historia de su vecina circunstancial y que ahora cree entender las razones de algunos comentarios que le hizo la fisioterapeuta a durante una conversación que mantuvieron la semana pasada.
“Me llamó la atención que me dijera que si le llegaba a pasar algo mientras estaba en el consultorio me iba a golpear la pared para ponerme en alerta. Pensé que se sentía insegura porque veía que por esta zona no hay mucho movimiento de gente, sobre todo a la siesta; es una zona muy tranquila en ese sentido”, señaló la peluquera.
“También me contó que no tenía horario fijo en el consultorio y venía solamente cuando citaba a algún paciente porque trabajaba mucho haciendo domicilios”, apuntó.
“El martes, cuando llegué a la peluquería, alrededor de las cinco, vi a varios policías hablando con la gente y la señora encargada del consorcio me contó que era porque aparentemente había problemas con Carina. Más tarde, cuando supe bien lo que sucedía, tuve una sensación muy fea”, aseguró.
A ella le llama la atención que “a la hora que dicen que desapareció del consultorio, nadie haya visto ni escuchado nada”. Porque “si bien no hay mucho movimiento por acá, tampoco es un desierto” ese sector de barrio Alto Alberdi, señaló.
Ayer poco antes del mediodía, tres investigadores de la Policía de Córdoba conversaron con Belén y con los ocupantes de la vivienda de enfrente, donde funcionan consultorios de fisioterapia y kinesiología. A esa misma hora, dos estudiantes se topaban con el cadáver de Carina en la zona del arroyo La Aguada, en Icho Cruz.
Recién ocho horas después, la misma fiscal que antes había dispuesto órdenes de restricción para la expareja de Carina, que le había entregado a ella un botón antipánico y que el lunes último había puesto un policía en la puerta de su casa, confirmaba que nada había alcanzado para proteger su vida. Fuente:LaVoz
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