Las dos jovencitas eran abusadas por la pareja de la mujer, quien estaba al tanto de todo y colaboraba con los ataques. Los hechos ocurrieron en Villa Dolores, en 2013. La mujer y su novio terminaron condenados.
En la ciudad de Villa Dolores, en el Valle de Traslasierra, no sale de la conmoción y el estupor luego de conocerse el final de un juicio por una serie de abusos sexuales en los que las víctimas fueron dos jóvenes hermanas.
Los condenados fueron la madre de ambas jovencitas y el novio de la mujer.
Ambos fueron encontrados responsables de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado y reiterado, y de promoción a la corrupción de menores. En un fallo unánime, se les dictó la pena de 13 años y seis meses de cárcel efectiva.
Si bien el hombre, un remisero de 54 años, fue condenado como autor material de las sistemáticas violaciones, la situación de la mujer, de 39 años, fue más terrible: es que ella conocía todo lo que sucedía y, según determinó la Justicia, llegó a alentar y a promover los ataques sexuales.
Las víctimas tenían 16 y 14 años al momento de los hechos, que fueron denunciados por los docentes de la escuela a la que asistían, en un paraje cercano a la ciudad de Villa Dolores.
La investigación inicial había sido considerada por el fiscal que la desarrolló, Sergio Cuello, como “la más grave de los últimos tiempos”, en una zona donde lamentablemente no escasea este tipo de delitos.
Perversión
Según la fiscalía, los hechos sucedieron en 2013.
El remisero llevaba a una de las adolescentes en su automóvil de vidrios polarizados hasta un callejón de una localidad cercana.
Allí, abusaba de ella “con actos perversos y excesivos”, según consta en la causa.
En otras oportunidades, repetía la misma escena con la otra menor.
Dentro del vehículo, la madre de las víctimas participaba alentando y obligando a sus hijas a obedecer al agresor.
Antes de cada escena, ella les ordenaba subir al vehículo y salir con ellos.
Ataques semanales
De acuerdo con lo que se ventiló en el juicio, el horror se habría repetido durante casi un año, al menos una vez por semana.
“La madre de la menor colaboró para la comisión de los hechos descriptos, insistiendo y obligando en varias oportunidades a cada una de sus hijas para que salieran de noche junto con ella y su pareja. Además, consintió y permitió que el imputado abusara sexualmente de sus hijas”, indicó el fiscal Cuello, quien investigó la causa durante más de un año.
“Esta causa es sumamente grave porque en pocos casos se puede probar tan claramente que la propia madre no sólo tolere que a sus hijas adolescentes las vejen sexualmente, sino que tenga un temperamento activo en los hechos”, remarcó Cuello.
Las autoridades y equipo técnico del establecimiento escolar adonde iban las hermanas fueron los responsables de detectar lo que sucedía y de realizar la denuncia.
Llamado de alerta para los docentes
Los condenados fueron la madre de ambas jovencitas y el novio de la mujer.
Ambos fueron encontrados responsables de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado y reiterado, y de promoción a la corrupción de menores. En un fallo unánime, se les dictó la pena de 13 años y seis meses de cárcel efectiva.
Si bien el hombre, un remisero de 54 años, fue condenado como autor material de las sistemáticas violaciones, la situación de la mujer, de 39 años, fue más terrible: es que ella conocía todo lo que sucedía y, según determinó la Justicia, llegó a alentar y a promover los ataques sexuales.
Las víctimas tenían 16 y 14 años al momento de los hechos, que fueron denunciados por los docentes de la escuela a la que asistían, en un paraje cercano a la ciudad de Villa Dolores.
La investigación inicial había sido considerada por el fiscal que la desarrolló, Sergio Cuello, como “la más grave de los últimos tiempos”, en una zona donde lamentablemente no escasea este tipo de delitos.
Perversión
Según la fiscalía, los hechos sucedieron en 2013.
El remisero llevaba a una de las adolescentes en su automóvil de vidrios polarizados hasta un callejón de una localidad cercana.
Allí, abusaba de ella “con actos perversos y excesivos”, según consta en la causa.
En otras oportunidades, repetía la misma escena con la otra menor.
Dentro del vehículo, la madre de las víctimas participaba alentando y obligando a sus hijas a obedecer al agresor.
Antes de cada escena, ella les ordenaba subir al vehículo y salir con ellos.
Ataques semanales
De acuerdo con lo que se ventiló en el juicio, el horror se habría repetido durante casi un año, al menos una vez por semana.
“La madre de la menor colaboró para la comisión de los hechos descriptos, insistiendo y obligando en varias oportunidades a cada una de sus hijas para que salieran de noche junto con ella y su pareja. Además, consintió y permitió que el imputado abusara sexualmente de sus hijas”, indicó el fiscal Cuello, quien investigó la causa durante más de un año.
“Esta causa es sumamente grave porque en pocos casos se puede probar tan claramente que la propia madre no sólo tolere que a sus hijas adolescentes las vejen sexualmente, sino que tenga un temperamento activo en los hechos”, remarcó Cuello.
Las autoridades y equipo técnico del establecimiento escolar adonde iban las hermanas fueron los responsables de detectar lo que sucedía y de realizar la denuncia.
Llamado de alerta para los docentes
El fiscal consideró clave que los docentes estén formados y alertas para descubrir ataques sexuales contra jóvenes. Fuente:LaVoz
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