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Un “call center” detrás de los barrotes


En promedio, se secuestran seis celulares por día en las prisiones provinciales. Los insólitos métodos que se emplean para intentar burlar los controles.


Una de 10 años no paraba de llorar, de quejarse y de ir al baño. Su madre le indicaba que dejara de gimotear. Era una fría mañana en la, de por sí, helada habitación de requisa para mujeres en el establecimiento carcelario Andrés Abregú, más conocido como la prisión de Cruz del Eje, al noroeste de la provincia de Córdoba.

Y allí estaban madre e hija de visita ante la mirada de la empleada penitenciaria. La guardiacárcel sospechó que algo raro ocurría. Antes de que decidiera actuar, la chica se puso pálida y se desvaneció.

Ya en la enfermería del presidio, la pequeña dijo con toda su vergüenza que en sus genitales llevaba escondido un celular Nokia 1100.

El teléfono tenía un destinatario: su padre, quien cumple condena muros adentro.

Doloroso y real, el dramático episodio demuestra con crudeza uno de los métodos de algunas visitas de presidiarios a la hora de ingresar teléfonos celulares a las cárceles de la provincia de Córdoba.

Pese a estar prohibido, su uso en los pabellones no deja de extenderse.

Un total de 1.070 celulares fue incautado en el primer semestre de este año en requisas en las cárceles de Córdoba (un promedio de más seis por día).

Según informes del Ministerio de Justicia de Córdoba, del que depende el Servicio Penitenciario provincial (SPC), y a los que La Voz tuvo acceso, creció casi el 70 por ciento el secuestro de celulares en las cárceles respecto del año pasado.

En idéntico período de 2015, fueron hallados 636 aparatos.

El uso de celulares en cárceles no es menor: varios presidiarios fueron descubiertos, imputados y hasta condenados por usar esos teléfonos para cometer secuestros virtuales o bien estafas telefónicas con distintos ardides.

La mayoría de los teléfonos fueron encontrados dentro de la cárcel de Bouwer (en el sector de varones).

Si se hiciera un ranking, el penal de Villa María queda en segundo lugar, seguido por el de la ciudad de Cruz del Eje, al norte provincial, según los informes del SPC.

¿Más uso o más control?

¿Se ingresan más celulares a las cárceles o se incrementó el control puertas adentro?

“Indudablemente, estamos en presencia de un aumento en el secuestro de celulares. Son muchos y nos llama la atención. Pero hay que tener en cuenta que se incrementaron los controles tanto dentro de los establecimientos como en las requisas”, afirmó el secretario de Políticas Penitenciarias del Ministerio de Justicia, José Piñero.

También tenemos un grupo móvil especializado en requisas, que hace controles sorpresivos en distintas cárceles: el Grupo Especial Antinarcóticos y Requisa”, explicó.

Fuentes penitenciarias graficaron de forma irónica que mientras en el mercado cordobés cada vez son menos los call centers , en las cárceles se da un fenómeno inverso.

“Muchos aprendieron que el celular es un método para obtener dinero. Varios internos comandan los secuestros virtuales y, afuera, sus familiares y amigos son quienes buscan los rescates”, razonó un penitenciario de vasta trayectoria.

Desde la Policía, señalaron que gran parte de las estafas se siguen cometiendo desde las cárceles.

“Como no pueden usar los teléfonos públicos de las prisiones, porque el vecino recibe un aviso previo de que la llamada proviene de una cárcel, muchos optan por llamar con celulares prepagos”, señaló una fuente policial.

Se secuestra de todo

Además de los 1.070 celulares incautados, se secuestraron cientos de baterías, cargadores, cables tipo USB para cargar los aparatos, además de chips y tarjetas de memoria.

Por lo general, se trata de celulares relativamente básicos y de tamaño reducido.

La mayoría de los secuestros se da luego de los fines de semana, cuando se realizan las visitas generales en todos los presidios.

El hallazgo de un celular en manos de un preso deriva en una falta que repercute en su disciplina.

Precisamente, la “disciplina” y el “concepto” son dos aspectos clave a la hora de que un preso acceda a beneficios en su tratamiento penitenciario.

Pero no siempre se determina cuál es el interno que tenía el celular. 

Así como muchas veces los teléfonos son hallados en celdas o escondidos entre las ropas de los reos cuando vuelven de las visitas, en otras oportunidades los aparatos son escondidos en salas de uso común, pasillos, patios, heladeras.

O bien son tirados en el piso cuando el grupo de requisa entra en acción.

Quiénes los ingresan
Desde el Ministerio de Justicia, indicaron que en un gran porcentaje, los celulares son ingresados en las cárceles por las visitas de los presos y, por lo general, son mujeres quienes están detrás de estas maniobras.

“Es cierto que se descubrió a guardias infieles que introducen drogas y celulares, pero la mayoría de las veces es la visita la que está detrás de esto”, dijo el funcionario Piñero.

También los niños son usados por adultos como “mulas”.

“Días atrás, se halló un celular con cargador escondido en el pañal de un bebé. A veces, los ocultan en sus zapatillas o en la ropita. Y hemos tenido casos de teléfonos escondidos en genitales”, explicó un guardia.

La normativa prohíbe quitarles la ropa a los menores de edad en los controles de preingreso. Por el contrario, tanto hombres como mujeres son obligados a desnudarse en las requisas.

Otras veces, la treta es más simple.

En Cruz del Eje, por caso, cada tanto pasa una moto a toda velocidad detrás de la cárcel. Quien va detrás arroja una bolsa que pasa por encima del alambrado. Los motociclistas no son de ninguna empresa de telefonía.

Sorpresas en las requisas
Hasta Petrone. Fuentes del Servicio Penitenciario de Córdoba confirmaron que, en la celda del empresario desarrollista Jorge Petrone –condenado por estafas en el marco de la megacausa del Registro de la Propiedad– en la cárcel de Bouwer, fueron hallados dos celulares iPhone. Los aparatos no tenían autorización y fueron secuestrados. A Petrone se le manchó el legajo interno.

El descontrol en un pabellón especial. Cinco botellas de vino espumante, tres teléfonos celulares, seis módems, dos MP4 y hasta un consolador conformaron el insólito secuestro en el pabellón de la cárcel de Bouwer donde están detenidos los militares y los policías condenados y procesados por delitos de lesa humanidad. Ocurrió en los primeros días de abril último.

De todo. Este año hubo incautaciones insólitas. El 7 de junio, fueron hallados 11 celulares en un solo módulo de la cárcel de Bouwer, mientras que el 26 de mayo fueron 12 los aparatos secuestrados en el penal de la ciudad de Villa María. De todos modos, el récord lo tuvo la cárcel de la ciudad de Cruz del Eje, al norte provincial, con 25 aparatos hallados el 2 de mayo último.

Inhibidores de señal. Desde el Ministerio de Justicia de la Provincia se indicó que está prevista la colocación, en los próximos meses, de más inhibidores de señal para celulares en las cárceles de Bouwer y de Cruz del Eje. No obstante, se ha comprobado que, pese a su existencia en ambos penales, se han utilizado celulares de manera clandestina, lo que revela que su alcance no es total.

1.070 celulares fueron secuestrados en 6 meses

De acuerdo con el registro interno del Servicio Penitenciario, la cantidad de teléfonos hallados en el primer semestre de 2016 es superior en un 70 por ciento al número de secuestros de igual período de 2015. Fuente:LaVoz







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