Sólo en la UNC, más de 2.200 chicos realizan talleres antes de comenzar una carrera y de “reorientación” cuando deciden cambiar. A pesar de eso, la deserción es alta: 68%. Cómo es el apoyo en el resto de las universidades.
Los jóvenes cada vez tienen más carreras para elegir y la oferta de formación profesional o en oficios se multiplica. Cada vez hay más universidades y espacios virtuales en los cuales desarrollar una vocación. Pero, a la par, parece que cada vez resulta más difícil definir un proyecto de vida vinculado a lo profesional o a lo laboral.
Sólo en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) cada año reciben asistencia vocacional formal más de 2.200 chicos. La demanda es mayor, pero el cupo es limitado. Y en casi todas las casas de estudios públicas y privadas ya hay departamentos especializados.
Los técnicos coinciden en que la orientación vocacional puede ayudar a optar por una carrera, una profesión o una ocupación.
“Se los ayuda a elegir proyectos, en los cuales continuar estudiando una carrera de nivel superior es una posibilidad. Los ayudamos a identificar y a jerarquizar intereses; a conocer sus motivaciones, expectativas; a revisar sus habilidades actuales; a poner en práctica habilidades sociales para la inclusión educativa y laboral; y fundamentalmente a descubrir que tienen mucho potencial para desarrollar, siempre y cuando esa sea su decisión”, explican las profesoras Carmen Stabile y Carmen Clark, titular y adjunta –respectivamente– de la Cátedra Orientación Vocacional y Ocupacional de Psicología de la UNC. Fuente:LaVoz
Publicar un comentario