Se suspendió la apertura de la fábrica del revolucionario medio de transporte y acusan a la empresa inventora de obtener financiación engañando a los inversores. Además, sólo avanza en línea recta.
Según relataron esta semana las autoridades de la ciudad de Zhoukou (centro de China), donde iba a construirse la fábrica, al diario oficial China Daily, el proyecto se pospuso porque "el informe de impacto ambiental aún no fue aprobado", pese a que se celebró una ceremonia de inauguración de las obras en julio.
La empresa pequinesa Huaying Group, responsable del autobús-túnel (que la semana pasada se estrenó en las calles de la ciudad de Qinghuangdao, en el norte del país), había acordado en diciembre la apertura de la fábrica con las autoridades de Zhoukou.
El retraso en las obras se conoce después de que algunos expertos chinos hayan puesto en duda la utilidad del vehículo, en teoría ideado como alternativa más barata a las redes de subte, y también después de que en algunos medios se acusara a la empresa inventora de obtener su financiación engañando a sus inversores.
El primer vehículo de este tipo, llamado TEB-1 (siglas en inglés de Autobús Elevado de Tránsito) circuló la semana pasada unos cientos de metros en un acto de exhibición donde un auto también circuló bajo el gran vehículo para mostrar las posibilidades de la nueva invención.
Con capacidad para 300 pasajeros, el TEB-1 mide 22 metros de largo, 4,8 de alto y 7,8 de anchura, unas dimensiones suficientes para circular sobre dos carriles a la vez y que un auto pueda adelantar a otro debajo de este ciclópeo autobús.
El proyecto es visto como una alternativa mucho más económica a las redes de subte, ya que podría costar cinco veces menos que los trenes subterráneos, aunque aún presenta problemas técnicos, ya que el modelo experimental, entre otras cosas, sólo avanza en línea recta.
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