Tanto desde el sector como desde el estado provincial buscan aclarar y rechazar las críticas que se formulan a partir de lo que consideran "el mito del ensamble".
Inustriales, académicos y funcionarios de Tierra del Fuego refutaron las críticas que se le formulan, desde distintos sectores del ámbito nacional, al régimen de promoción industrial vigente en la provincia, en especial por las "connotaciones que se le pretende dar" a los procesos productivos realizados en las fábricas electrónicas y lo definen como el "mito del ensamble".
"Con el sentido que se le intenta dar en lugares como Buenos Aires, parece que a Tierra del Fuego llegan las partes de los productos en caja, un empleado los ensambla leyendo un manual de instrucciones, etiqueta el producto y lo envuelve", advierte Fabio Seleme, secretario de extensión de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), seccional Río Grande.
Según Seleme, imaginar "livianamente" que un proceso productivo es "tomar partes y unirlas", implica un "problema de desconocimiento grande acerca de cómo funciona una empresa en la actualidad".
En Tierra del Fuego "se hace mucho más que ensamblar. En primer lugar porque se producen partes de los elementos. Por ejemplo, en Ushuaia, se hacen placas madre y gabinetes. Pero, además, cualquier proceso productivo requiere ingeniería, y precisa servicios. Y si tiene todo eso, entonces se está haciendo una sustitución de importaciones y un proceso productivo. ¿Parcial? Desde luego que sí, pero como en cualquier lugar del mundo", afirmó el académico en dialogo con Télam.
El ministro de Industria de Tierra del Fuego, Ramiro Caballero, opinó que "no hay que tenerle miedo a la palabra ensamble".
"Si ensamblar implica llegar a un producto terminado luego de un proceso productivo, como los que realizamos en la provincia, que integra piezas en un proceso de fabricación, no tengo problemas con el término", detalló.
También consideró que "hay que conocer la industria fueguina y entender cuál es el nivel de capacidad instalada existente para los niveles de producción que tenemos. Incluso saber que la industria local, comparada con otras como la de Manaos, en Brasil (también promocionada) tiene las mismas características y no está tildada de la misma forma".
"Las principales marcas mundiales de televisores o teléfonos celulares están utilizando nuestro sistema de producción, lo que garantiza y asegura que tenemos un sistema adecuado, aunque pueda ser perfectible", completó el ministro.
Más allá de la utilización de distintos verbos (ensamblar, montar, fabricar) los especialistas fueguinos hacen hincapié en que se comprendan las características particulares de la industria electrónica, no solo en Tierra del Fuego, sino en el mundo.
"No existe en ningún lugar del planeta, una fábrica electrónica que tenga la cadena productiva completa. Todas dependen de mercados externos, y lo que se realiza en cualquiera de las plantas es parcialmente autónomo. Esto obedece a un fenómeno muy conocido que es el de las cadenas productivas globales. Y, en nuestro caso, al hecho de que somos un país periférico que no es dueño de la tecnología, que a su vez es la base de este tipo de industria", resumió Seleme.
Por su parte René Ceballos, director industrial del grupo NewSan -principal fabricante de electrónicos de la provincia- coincidió en que" a imagen de una fábrica donde entran materias primas básicas (como metal o arena) por un lado, y salen productos electrónicos listos para el consumo por el otro es -en mi visión- un mito urbano. No conozco ninguna planta que sea así", afirmó.
Según Ceballos, los productos electrónicos están hoy guiados por el avance en los semiconductores, y las plantas que los producen están en manos de pocas compañías como Intel, Samsung, Qualcomm, nVidia o AMD.
"Cuando se mencionan los semiconductores, se tiende a pensar en los microprocesadores. Sin embargo, a partir del boom de los displays LCD/TFT (que son esencialmente semiconductores) y la iluminación por LED, éstos desplazaron a los circuitos integrados de los primeros lugares en términos de volumen económico. Y las empresas que los producen se reparten el volumen mundial de consumo, ya sea que el producto se haga en China, Estados Unidos, México, Brasil o Argentina", relató el especialista.
En la misma línea, la CPU de una notebook, el procesador de video, la memoria, el wi-fi o el display, también son provistos por un puñado de firmas cuyo patrón de negocio es la venta global.
En China, una empresa que fabrica tablets recibe el display, el touchpad, la batería, el procesador, la memoria, los sensores y todos los demás semiconductores, las partes plásticas y metálicas, el material de embalaje y hasta el manual, explicó Ceballos.
"Esta empresa china genera un proceso para producir una tableta. Hace la inserción automática de todos los componentes en las placas, las testea y luego lleva estas placas a la línea de montaje en donde se convierte en tableta. Cualquiera que sea la definición que se le de a este proceso, refleja exactamente lo que hacemos en NewSan", aseveró.
El ministro Caballero admitió que uno de los aspectos vulnerables del sistema industrial fueguino es la competitividad, un factor "donde tenemos mucho para mejorar", indicó.
"Pero también es real que cuando se lanzó el plan nacional de acceso a la tecnología 4G de celulares, se pudo demostrar que los teléfonos pueden fabricarse aquí, a valores más baratos que los importados", enfatizó el funcionario.
Para Seleme, en definitiva, se trata de "contextualizar" la actividad y de entender que "la única forma de tener industria electrónica es mediante un esquema de sustitución de importaciones, con barreras arancelarias y, por supuesto, con promoción".
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