El niño que perdió a su padre en un trágico incendio y sufrió quemaduras en el 50% de su cuerpo, nunca bajó los brazos y finalizó una importante etapa en su vida.
Tomasito volvió a regalarnos una conmovedora lección de esfuerzo y superación. El niño que conmocionó a Córdoba luego de que se incendiara su casa, perdiera a su padre por el siniestro y sufriera quemaduras en más del 50% de su cuerpo, terminó el viernes pasado la escuela primaria y recibió el diploma en el Instituto Parroquial San José, ubicado en el barrio Alto Alberdi.
“Es algo muy lindo, que emociona a toda la familia. Egresa en el colegio donde comenzó y demostró día a día esa fuerza que tiene para superarse, salir adelante y nunca caerse por nada”, contó Gisela Carreño, madre del niño.
Corría mayo del 2010, cuando un fuego voraz destruyó por completo la vivienda que ocupaba la familia Tobares. Las llamas le causaron gravísimas heridas en la piel y en las vías respiratorias a Tomás y a su padre, Juan Facundo, quien con apenas 23 años falleció a las dos semanas.
Pero Tomasito nunca se cayó. Ahora con 11 años, siempre guiado por el ejemplo que le dejó su papá, deberá iniciar una nueva etapa: la escuela secundaria. Pero para llegar tuvo la ayuda de toda una institución que lo apoyó y le dio siempre un empujoncito para seguir.
“El equipo de maestras y psicopedagogas nos ayudó muchísimo. Estamos completamente agradecidos. También su grupito de compañeros, que son los que siempre estuvieron y siguen estando. El año que viene va a seguir acá, lo becaron al 100% para que continúe”, siguió Gisela.
Tomasito, un poco tímido y de pocas palabras, habló en la previa a un día muy especial para él y agradeció a todos los que estuvieron a su lado en este proceso.
“A las seños les quiero decir que las quiero mucho y las voy a extrañar. Y a mi mamá que también la quiero mucho y gracias por todo. Por estar siempre al lado mío”, expresó el pequeño, ansioso por llegar a la entrega del diploma. Se acordó además de Nacho, Lautaro y Santi, sus compañeritos con los que juega, se divierte y se manda mensajes por WhatsApp.
“Es mi orgullo y un ejemplo de vida”, cerró Gisela, conmovida por el empeño y la voluntad que Tomasito demostró en estos más de seis años, convirtiéndose en un verdadero luchador de la vida.
Sigue el tratamiento
El 2 de enero, Tomasito y Gisela viajarán a Buenos Aires, para realizar en el Hospital Garrahan una operación de injerto de piel en las manos.
La intervención estaba estipulada para el pasado septiembre, pero debieron suspenderla por una infección y reprogramarla. La próxima vez que pase por el quirófano será para comenzar con los injertos en el rostro. Mientras tanto, él sigue adelante y no para de superarse.
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