Ferrari hizo una reflexión y habló de su despedida de Monte Maíz después de 8 años. “Acá he cimentado vínculos, relaciones, amistades, hasta a veces, es más fuerte que mi propio pueblo natal” “el que se compromete amar, se arriesga a sufrir”.
El cura párroco que vive su último tiempo en la localidad, lo vive de una manera muy especial, emocionado, con cierta tristeza y alegría a la vez. En dialogó con Sintonia Roberto habló de cuál será su función a partir de Febrero 2018 en Río Cuarto. Dijo sentirse muy bien en Monte Maíz pero que la iglesia y Dios le dieron otra tarea.
"Lo primero de todo es desear que terminemos en paz en la comunidad, en el país, en la patria, que podamos estar en paz, que podamos crecer en justicia, que podamos crecer en fraternidad, que crezcamos en diálogo, el diálogo siempre nos lleva a buscar soluciones a encontrarnos, hacer un poquito de cada lado para para encontrar la solución más justa, las mejores, no siempre uno puede tener todo lo que quiere en distintos ámbitos, ya sea religioso, social, familiar, político"
"Pero bueno, yo también lo estoy viviendo de un modo especial, es mi última navidad aqui en Monte Maíz, y bueno lo estoy viviendo así como con mucha intensidad, en medio de muchos regalos del afecto de la gente, yo estoy recibiendo eso en estos días, el afecto, el amor de mucha gente del pueblo, donde me los cruzo a mí me lo manifiestan y yo devolverles eso también, porque yo me doy cuenta que quiero este pueblo y quiero la gente, Dios y la iglesia me piden ahora otra tarea, pero y como también les ha llegado en una carta he mandado un saludo y no me voy a olvidar nunca de este pueblo, de su gente y de lo vivido aquí, que me a ayudado muchísimo como sacerdote, como persona y eso es lo que llevo como un gran tesoro adónde vaya"
"Si, estoy arraigado acá, cuando yo me voy a Río Cuarto o a otro lado yo digo vuelvo a mi pueblo, es mi pueblo, acá he cimentado vínculos, relaciones, amistades, hasta aveces es más fuerte que mi propio pueblo natal qué tiene que ver con la adolescencia y la niñez, son fuerte pero bueno acá tienen otra otra fortaleza, no es que no quiera mi pueblo a Ucacha, pero sí me parece que en Monte Maíz como que me arraigado el corazón, se me ha arraigado aquí y no puedo negar que me cuesta un poquito dejarlo, uno dice si nos vamos a ver, si no tanto no con tanta frecuencia, por eso a veces cuesta y voy viviendo cada cosa con mucha intensidad porque esta es la última misa con tal colegio, tal acto y bueno es fuerte, pero es imposible no vivirlo así, me gusta decir esto, el que se compromete amar se arriesga a sufrir"
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