Los centros de datos y las granjas de servidores que soportan la infraestructura de internet consumen muchísima energía, pero cada vez son más eficientes.
El uso de internet devora bastante más energía de la que imaginamos. La red de redes puede considerarse responsable de alrededor de la décima parte del consumo de electricidad directo en todo el planeta, según afirma Jonathan Koomey, investigador de la Universidad de Stanford. No obstante, esta cifra hay que tomarla con precaución, porque muchos de los ordenadores que contribuyen a su magnitud se utilizan para todo tipo de tareas, no solo la comunicación de datos. Esto es especialmente cierto en el caso de los ordenadores domésticos o nuestros teléfonos. Son parte de internet, pero no pensamos en ellos como elementos de la infraestructura que soportan nuestras comunicaciones.
A pesar de ser muy elevada, la cifra enmascara otra realidad: que nuestros servidores y ordenadores resultan cada vez más eficientes desde el punto de vista energético. De este modo, un aumento lineal de su consumo de electricidad desde el año 2000 ha permitido obtener un aumento exponencial en la cantidad de información que circula a través de la Red.
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