Es el fruto de un acuerdo entre una pareja y una mujer gestante que fue autorizado por la Justicia antes de que iniciaran el tratamiento de fertilización y la implantación del embrión.
El lunes pasado, 19 de octubre, en el Hospital de Laborde nació Bianca. Por lo que se conoce, es la primera bebé cordobesa que se gestó en el vientre de una mujer que, generosamente, prestó su cuerpo para que Rocío Dassie (33) y Matías Urquiza (26) pudieran tener esa hija, con autorización previa de un juez provincial. En el país, la gestación por sustitución tiene antecedentes desde 2012, pero la autorización judicial para inscribir a los y las bebés se produce, en la mayoría de los casos, después del nacimiento. No es este el caso, en el que la pareja acudió a los tribunales antes de emprender el tratamiento.
Mientras estrena su maternidad, Rocío atendió el llamado de PERFIL CÓRDOBA, primer medio que dio a conocer su pedido a la Justicia antes de encarar el proceso de gestación subrogada.
Rocío y Matías fueron a los tribunales de Bell Ville, donde el juez Civil, Comercial, de Conciliación y Familia, Eduardo Bruera, los autorizó. Los asistió legalmente el abogado Rodrigo Giordano Lerena. La resolución del magistrado consistió en autorizar un acuerdo entre la pareja y Lorena (43), la mujer gestante, una amiga muy cercana a Rocío que será la madrina de Bianca.
El trámite judicial tardó dos años. Previamente, Rocío se sometió a estudios para confirmar estar en condiciones óptimas de aportar óvulos para la fecundación. Ella y Matías pudieron aportar el material genético pero Rocío no podía quedar embarazada ya que padece de agenesia útero vaginal: no tiene útero.
Una vez resuelto el impedimento legal con la autorización del juez comenzó el peregrinaje a Córdoba para realizar el tratamiento. Ella debía viajar entre dos y hasta tres veces por semana desde Laborde -600 kilómetros entre la ida y la vuelta- solo para una extracción de sangre. Hasta que lograron la implantación y el embarazo continuó.
—¿Cómo nació Bianca?
—Por cesárea. Faltaban ocho días para la fecha, pero no estaba en posición para encajarse, por lo que decidimos programar la cesárea.
—¿Pudiste participar de ese momento?
—Entré al quirófano y pude filmar el momento de la cesárea. Matías se quedó afuera. Después, acompañé al pediatra para que la limpie y la prepare y fuimos a la habitación para estar con la madrina que la llevó adentro.
— Viviste una experiencia única, desde una perspectiva que no tienen las madres biológicas.
—Para mí es la primera. Nosotros pensamos que sería un momento hermoso, pero cuando la sacan… (se queda sin palabras). Estaban todos emocionados, una de las médicas nos dijo: “Lloré más que cuando nació mi hijo”. Es algo muy poco común lo que se formó entre nosotros tres… entre los cuatro.
—¿Cómo transcurrió el embarazo?
—Fue relindo, normal, sin complicaciones. A los controles fuimos siempre todos juntos, los tres y también la hija de Lorena, que es mi ahijada.
—¿Cuántos intentos hicieron?
—Antes de ir a la Justicia yo me hice controles para ver que mis ovarios funcionen. Bianca es el resultado del tercer intento. Tuvimos un primer tratamiento con Matías. Pudieron formar dos embriones, los transfirieron a la gestante pero el resultado fue negativo. Luego, una segunda vez y de la tercera, acá está Bianca.
—¿La obra social cubrió los gastos?
—No. Ni la mía ni la de Matías se hicieron cargo. Lo pedimos por trámite administrativo. La respuesta fue que el embarazo no se cursaba en una persona afiliada. En realidad, el 80% o 90% del costo del tratamiento es medicación para mí, para generar los óvulos. La transferencia embrionaria es solo el 10% de lo que sale todo el procedimiento. En su resolución, el juez sugirió que la obra social se hiciera cargo pero hicieron oídos sordos. Conozco a otras personas, afiliadas de otras obras sociales, a quienes sí les cubrieron.
—¿Cómo hacen con la lactancia?
—Yo empecé a hacer una estimulación natural con el sacaleche. Me dio resultado, me comenzó a salir calostro pero fue uno o dos meses antes. Me relajé, intenté nuevamente ahora pero el resultado no fue el mismo. Bianca está tomando leche de fórmula. Lo hablamos con la gestante. Por una cuestión de vínculo, no quisimos que ella le diera su leche.
—Estarás casi sin dormir… ¿cómo se porta Bianca?
—Duerme poco pero es muy buena, sabía dónde estaba llegando (se ríe). Se activa a la noche. No sufre de dolorcitos de panza. Ella quiere comer y dormir. Un poquito de experiencia tengo porque mi hermana tiene dos niños, de seis años y otro de nueve meses. Con él comencé a practicar. Mis amigas son casi todas mamás. Participamos de charlas y fui escuchando. No soy cerrada. Todo el que quiera sugerir, soy receptiva. Si no estuviéramos la pandemia, sería la niña del pueblo.
—¿Qué mensaje tenés para las mujeres como vos, que no pueden concebir un hijo, una hija?
—Que no bajen los brazos. Sí se puede. La parte legal se vive con mucha incertidumbre, nervios, es un poco larga. La parte económica es la mayor traba. Se harán rifas, se pedirán créditos, por ahí puede surgir la amargura si no resulta, pero se hizo el sacrificio. Mi mensaje es que lo intenten, que se informen. Se dice que un niño es el fruto de amor de dos personas. Acá, era una niña deseada por tres. Alguien con intenciones de dar el amor a otras dos.
Fuente: Perfil.com
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