Se trata de la película “KARNAWAL” trata sobre la adolescencia y el baile de malambo. Parte de su historia nació en el Festival Nacional del Malambo, en Laborde.
El filme ganó la Biznaga de Oro al mejor largometraje iberoamericano del Festival de Cine de Málaga.
El relato de Karnawal ocurre durante el carnaval de Jujuy. Mientras afuera desentierran al diablo en los cerros, adentro una familia reconfigura sus vínculos rotos. La historia sigue la vida de “Cabra”, un adolescente de unos 15 años que se mete en problemas al conseguir un par de botas de malambo para poder lucirse en una competencia.
“Cabra” esquiva el desamparo a fuerza de zapateos, mientras su mamá intenta recomponer su vida junto a una nueva pareja. En paralelo, su padre acaba de salir de la cárcel después de siete años.
La historia de esta ópera prima de Juan Pablo Félix tiene un punto de unión con la provincia de Córdoba, lugar en el que el director logró conocer a quien sería el intérprete de “Cabra”, aunque dar con él después no fue tan fácil.
“Hicimos un casting a más de 400 chicos que bailan malambo en todo el país en distintos festivales. En el festival de Laborde nos dejaron estar en bambalinas y a cada chico que bajaba le dábamos una planilla; y si quería, al otro día íbamos a la casa o al hotel a probarlo”, arranca contando Félix, premiado como mejor director en el Festival de Guadalajara por esta película.
Y se explaya: “Martín (López Lacci) subió al escenario por otro lado y no lo teníamos en lista. Subió con su pelo y bailó. Yo pensé: “¡Wow!”. Cuando terminó, bajó por el mismo lugar; y cuando llegué a buscarlo, ya se había ido, se había esfumado. Empecé a preguntar de dónde era y me dijeron que de Salta, pero nadie sabía dónde estaba parando. Pasaron meses que seguimos con el casting por todos lados, por todo el país, pero yo me había quedado con esa sensación de que era él. Y empezamos a averiguar en el Ministerio de Cultura de Salta y ahí encontramos el contacto de su profesor y luego el de su madre. Era de Campo Quijano, así que nos tomamos un avión y le golpeamos la puerta de la casa, un domingo a la mañana”.
Así, el equipo de casting de la película se propuso transformar a un bailarín de malambo de 14 años en un actor de cine que pudiera estar a la altura de sus compañeros: el chileno Alfredo Castro, y los argentinos Diego Cremonesi y Mónica Lairana. Ellos interpretan al padre de “Cabra”, a su padrastro y a su madre, respectivamente.
El mismo Martín agrega: “El entrenamiento con María Laura Berch (directora de casting) fue muy intenso, por más de un año y medio. Pasaba gran parte del día con ella y con una tablet pegada a mi cara para entrenarme con la cámara. Eso fue necesario para llegar al rodaje y ya saber lo que me esperaba”.
Y sobre trabajar con grandes actores, dijo sentirse agradecido por la generosidad de sus compañeros: “En lugar de sentirme nervioso, me sentí bien porque ellos son unos grandes compañeros. Me enseñaron, me dieron una mano y me supieron entender en algunas escenas que por ahí me costaban mucho”.
El resultado es un personaje hipnótico con una gran actuación, que fue premiada como mejor interpretación en el Festival de Cine de Santiago de Chile (Sanfic).
LA ADOLESCENCIA
Según relató el director del filme, la historia tiene origen en su propia adolescencia, momento de la vida que califica como muy “difícil”. Y agrega: “Es una historia de transformación, del paso hacia la adultez. Tanto en mi caso como en el de muchos amigos y amigas, me di cuenta de que la adolescencia es un momento muy duro de la vida y es muy interesante porque tenemos que respetar mucho a los adolescentes. Es una etapa que marca mucho la identidad de las personas”.
El propio Félix asegura haber bailado mucho de chico y quiso volcar ese vínculo con el arte en esta historia ubicada en la puna norteña y realizada gracias a una coproducción internacional de siete países, entre los que están Argentina, Chile y Bolivia.
“La película cuenta la historia de amor y desamor de un hijo con su padre, pero también es una historia que habla del deseo y la pasión por bailar”, dice Félix, quien además asegura que se divirtió mucho escribiendo este guion como si fuera una novela, sin tener la presión de transformarse en lo que sería luego: su primer largometraje.
En Karnawal conviven escenas que son de registro documental con interpretaciones dramáticas de actores “naturales” y de cine, todo en una historia que su director define como universal. La virtud fue conjugar todo eso con la mirada autoral del propio Juan Pablo Félix.
Informe: La Voz
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