La señalización precaria, que duró solo algunas horas en las penumbras de la noche de barrio Barracas.
En un episodio que resalta las inconsistencias en la planificación urbana y la gestión municipal, un cartel de contramano fue colocado el pasado viernes en la concurrida calle Corrientes, solo para desaparecer en cuestión de horas, dejando a los conductores confundidos y a los vecinos desconcertados.
La historia comenzó el viernes por la noche, cuando trabajadores municipales instalaron un cartel improvisado, atado con alambre, que indicaba contramano para aquellos que transitaban en sentido Sur-Norte. Sorprendentemente, la acción careció de una iluminación adecuada, acentuando aún más la falta de planificación en la ejecución.
Esta medida repentista tuvo lugar el mismo día en que, tras un accidente de tránsito en las proximidades de la calle Corrientes, el municipio decidió colocar una señal de prohibición de circulación en contramano, situada a unos 30 metros de la esquina de Buenos Aires. La señal, fijada de manera precaria con alambre a un poste, intentaba remediar una situación caótica que, según informes, podría haberse evitado con una planificación adecuada.
Vale recordar que el oficialismo en el Concejo Deliberante, había aprobado la transformación de algunas secciones de las calles Malvinas y Corrientes en vías de sentido único. Este cambio de dirección plantea preguntas sobre la coherencia en las decisiones de tráfico y señalización, sugiriendo una falta de coordinación entre los distintos niveles de planificación urbana.
La calle Corrientes, en el barrio Barracas, se vio afectada por este despliegue desorganizado de señalización. Un cartel simple y solitario se erigió en un poste en completa oscuridad, dado que la cuadra se encontraba sin iluminación. Esta situación, que persistió durante la noche, generó una sensación de inseguridad entre los residentes y conductores.
Para empeorar la situación, el cartel terminó en el suelo unas pocas horas después, y al día siguiente ya no estaba en el lugar. La falta de continuidad en la señalización y su breve duración plantean interrogantes sobre la efectividad y la utilidad de estas medidas improvisadas.
En resumen, el episodio del cartel de contramano en la calle Corrientes destaca la necesidad urgente de una planificación más rigurosa y coherente en la gestión del tráfico y la señalización. Los vecinos merecen una planificación que garantice la seguridad vial y evite la confusión generalizada, dejando claro que las decisiones municipales deben ir más allá de simples respuestas reactivas.
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