Celebración del 80º aniversario de la Parroquia Nuestra Señora de la Merced en Monte Maíz, con gratitud y emotividad, marcada por la bendición y campanadas simbólicas.
En una emotiva y sencilla ceremonia, la comunidad de Monte Maíz se reunió en la Parroquia Nuestra Señora de la Merced para conmemorar su 80º aniversario de fundación. El evento, presidido por el Cura Martín Simonassi, estuvo cargado de recuerdos, experiencias y un profundo sentido de gratitud.
El Cura Simonassi, en su discurso inaugural, destacó la importancia de este hito en la historia de la parroquia y del pueblo en general. Remontándose a la colocación de la piedra fundamental del templo en 1904, señaló el arduo trabajo y la dedicación de la comunidad para erigir este lugar de encuentro espiritual.
"Es un momento para agradecer", expresó el cura, destacando el papel fundamental de la parroquia como comunidad de fe y solidaridad en Monte Maíz. Desde sus inicios, la misión de la parroquia ha sido ser un faro de luz, acompañando, animando y dignificando a todos aquellos que la integran, construyendo desde la solidaridad y el evangelio.
El acto conmemorativo marca el inicio de una serie de celebraciones que culminarán en septiembre con los festejos patronales. El 19 de marzo de 1944 fue un día histórico para la parroquia, cuando fue decretada oficialmente como tal. Desde entonces, ha sido un pilar en la comunidad, guiando a través de los años con la ayuda de sus párrocos y la participación activa de los fieles.
Un momento destacado de la celebración fue la bendición de una imagen de la Virgen María, símbolo de protección y guía para la comunidad. Además, se realizó un acto simbólico con 80 campanadas, en las cuales los presentes pudieron pedir por la paz, la fraternidad y la dignidad para todos.
La ceremonia contó con la presencia de autoridades locales, quienes fueron honradas por su constante apoyo a las iniciativas de la parroquia. También se reconoció la contribución de los jubilados, quienes han sido ejemplos de fe y dedicación a lo largo de los años.
La jornada concluyó con un llamado a seguir adelante con fuerza, fortaleza y amor, recordando que cada miembro de la comunidad tiene un papel fundamental en la misión de la parroquia.
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