Prioridades Distorsionadas en Tiempos de Austeridad Nacional. Alfajores de regalos que paga el pueblo, yerba y azúcar algunos gastos...
En medio de un llamado del gobierno nacional a ajustar el gasto público, la municipalidad de Monte Maíz se ha destacado por decisiones financieras cuestionables. Mientras se insta a la prudencia y eficiencia en el manejo de los fondos estatales, el ejecutivo municipal parece estar en una realidad paralela en gastos que parecen innecesarios, o por lo menos cuestionables.
Entre las cifras que llaman la atención, se encuentran la compra de este mes de 60 kilogramos de azúcar y los asombrosos 60 kilos de yerba mate Playadito.
Además, se reporta un gasto de 38 mil pesos en alfajores para ser llevados como obsequio a Buenos Aires. La decisión es regalar y la paga el vecino. De hecho, la caja por poco tiene más valor que el empleado municipal que está en negro y cobraba hasta hace unos días 12 mil por semana, es decir, $48 mil por mes, en el refugio municipal Colitas.
También se registra el uso de los fondos públicos en “pautas comerciales”, con $40.000 destinados a un festival en otra localidad y un asombroso gasto mensual de $628.000 en 6 comunicadores locales, sin contar lo emitido desde la empresa estatal Gas de Monte Maíz. Lo que significa una erogación de $7,5 millones anuales, sin contar los aumentos mensuales que se registran de los prestadores del servicio.
El Intendente Luis Trotte, en su discurso inaugural de sesiones legislativas en marzo de 2024, defendió la labor del gobierno municipal y su compromiso con la comunidad. Afirmó que el gobierno “aporta a la sociedad desde su lugar, ya sea estado, nación, provincia o municipio. No tiene como fin obtener ganancias, la obra pública no es un negocio, es avanzar, igualar, contener”, “El pavimento es otra obra imprescindible e igualadora. Conecta, agiliza, es esencial para el transporte, para la educación, para la salud, para la recreación e incluso para mantener vínculos familiares o amistosos. Por eso, continuaremos con el programa "Calle de mi barrio", con el aporte de los frentistas del material y el esfuerzo de los trabajadores municipales, para beneficio del conjunto de Monte Maíz”, “El incremento de nuestra localidad impone reorganizarnos y ser más eficaces en la prestación de servicios públicos. Para ello, estamos trabajando en equipo”. Sin embargo, sus palabras parecen vacías frente a la realidad que enfrentan los vecinos de Monte Maíz. Calles en mal estado, pastizales descuidados, vehículos y herramientas deterioradas son una prueba tangible de que los recursos no se están utilizando de manera efectiva para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
El aumento de los impuestos y la carga fiscal a los contribuyentes no puede ser la respuesta a malas decisiones financieras de las autoridades locales.
Pueden intentar encubrir la realidad, pero los datos no mienten. Dato, no es relato.
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