Análisis crítico sobre los cambios en tránsito y seguridad en Monte Maíz, destacando la inexperiencia y la mala gestión de recursos públicos.
Las dos personas de la foto tomada por u vecino de la localidad son Juan Molins y Rolando Ibalo este último delegado gremial.
En los últimos tiempos, Monte Maíz ha sido testigo de una serie de cambios en el área de Tránsito y Seguridad Ciudadana. Con la incorporación de nuevo personal destinado a hacer cumplir la ley, es esencial examinar si estas modificaciones han tenido un impacto significativo en la comunidad y en la seguridad vial.
En los últimos 30 días, se han registrado oficialmente más de 13 accidentes en la localidad, una cifra alarmante considerando la población de 8.408 habitantes y las 3.475 viviendas particulares. Aún más preocupante es el rumor de que la cifra real podría ascender a 20, si se consideran los accidentes no reportados. Estos números reflejan una problemática grave en la gestión del tránsito y la seguridad ciudadana.
Monte Maíz cuenta con seis semáforos distribuidos en distintas intersecciones, pero su cumplimiento es deficiente. Los dos automóviles y tres motocicletas para la Seguridad Ciudadana, Tránsito o Guardia Urbana (aún no definido oficialmente) sugiere un intento por mejorar la imagen pública de un gobierno ausente. El área encargada de hacer respetar las normas de tránsito está dirigida por una persona sin experiencia previa en el tema, Waldemar Millán, proveniente de la producción de contenido televisivo.
La falta de personal capacitado es evidente: seis personas asignadas al área, ninguna con experiencia previa en tránsito o seguridad vial. Esta carencia de profesionalismo se traduce en la frecuente violación de normas, muchas veces en presencia de los mismos encargados de hacerlas cumplir.
Otro factor preocupante es la funcionalidad de las cámaras de monitoreo. En la mayoría de los casos, cuando se necesitan las imágenes, estas no están en funcionamiento, lo que limita la capacidad de respuesta y prevención de incidentes.
Además, el uso inapropiado de recursos públicos es evidente. El secretario de Obras Públicas, Marcelo Romani, ha sido visto utilizando el vehículo de seguridad para mandados personales, traslado de personas y operativos de tránsito. Este comportamiento pone en duda la seriedad y la ética en la gestión de recursos destinados a la seguridad ciudadana.
Los cambios recientes en el área de Tránsito y Seguridad Ciudadana de Monte Maíz plantean serias dudas sobre su eficacia y transparencia. La falta de experiencia y capacitación del personal, sumada a la utilización inapropiada de recursos y la inoperatividad de las cámaras de monitoreo, socavan la confianza pública y la seguridad en la localidad.
La seguridad y el bienestar de Monte Maíz dependen de una gestión transparente, profesional y comprometida con el servicio público, algo completamente desconocida por la gestión de Luis María Trotte.
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